Washington considera opción para detener las remesas familiares a Cuba

La actual administración estadounidense está considerando modificar el lenguaje en las regulaciones federales referentes al comercio con Cuba, de manera que el envío formal de remesas familiares desde los Estados Unidos quedaría imposibilitado. Esto nos lo advierte una fuente en Washington al tanto de la deliberación.

La manera en que esto podría implementarse es modificando el inciso (3) de §515.572 Provision of travel, carrier, other transportation-related, and remittance forwarding services, para que refleje la prohibición específica del inciso (1) del mismo artículo. La diferencia es que el inciso (1), relacionado con el hospedaje en Cuba, incluye la prohibición de realizar transacciones con el listado de entidades prohibidas que ha sido expandido por la administración norteamericana recientemente, mientras que el inciso (3), relacionado con las remesas, no incluye la misma prohibición específica. De esta manera, quedaría resaltada la prohibición de establecer transacciones con las instituciones actualmente autorizadas por el gobierno cubano para manejar los flujos de remesa.

En el listado de entidades prohibidas se encuentra Fincimex SA, la entidad financiera en Cuba que opera las trasacciones relacionadas con las remesas familiares. Hasta el día de hoy, la lista de entidades prohibidas no ha afectado las transacciones de remesas (aunque sí ha disuadido a bancos europeos de salirse del negocio de intermediarios con Cuba), pero este sencillo cambio en el lenguaje podría interrumpir la dinámica. A su vez, puede continuar disuadiendo a bancos e instituciones internacionales de servir como intermediarios para cualquier tipo de transacción, bajo riesgo de ser sancionados por el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos.

La justificación para medidas de este tipo, es presionar a que el gobierno cubano privatice el servicio de remesas y que ya no esté controlado por los militares en el país, o cualquier otra empresa estatal vinculada a ellos. Pero en la práctica, esto provocaría un colapso en las vías establecidas para que las familias reciban la ayuda económica de sus parientes en Estados Unidos y, posiblemente, a nivel mundial. Detener los canales actuales, sin antes haber establecido o negociado una alternativa, significa que las familias cubanas quedarán de súbito sin la ayuda de la que pueden depender sus necesidades primarias, sin una solución a la vista. También sería un duro golpe para el emergente sector privado, que ya se ha resentido desde las primeras medidas de aislamiento implementadas por el gobierno de Donald Trump.

Es posible que este cambio permita a las actuales instituciones mantener sus transacciones con Cuba, tales como Western Union, prohibiendo sólo que emerjan nuevos actores, pero también podría implicar que al cumplirse los plazos de los contratos, estos no sean renovados, como ha sucedido con otras operaciones comerciales con Cuba.

La única vía disponible para los cubanos residentes en Estados Unidos de enviar dinero a sus familiares, si este cambio fuera implementado en toda su extensión, serían las vías informales, tales como las llamadas “mulas”.

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