La Receta para las Dictaduras, Att. USA

Cuando resides por tres décadas en un régimen dictatorial, aprendes las reglas del juego: el sistema sólo valora a su líder, su ideología y sus incondicionales, porque en ese orden es que se asientan los privilegios. El culto al líder es inevitable, con el fin de darle alguna autoridad a ideologías contradictorias, así como también le son necesarios los incondicionales, para vigilar que nadie se resista al guión político. Las instituciones son mera fachada, lo fundamental es quiénes las controlan y quiénes están dispuestos a callar en el momento oportuno. Así es como los cubanos se vieron con sindicatos que representan al empleador, medios de prensa que denuncian al pueblo y no a los políticos, y un presidente que sólo es elegido por el 0.0055% de los ciudadanos.

Régimen Dictatorial = Caudillo carismático + excusa ideológica + facilitadores leales.

Los Estados Unidos hoy me devuelven a esa terrible ecuación: un candidato populista que despierta fervor en sus seguidores y califica a sus críticos como “enemigos del pueblo”. Un individuo que es metódico en ubicar a los leales al frente de las instituciones, esas que deberían mantenerse independientes y preservar la democracia. Un jefe del ejecutivo que se las arregla para seguir la táctica ideológica de Castro o de Chávez, quienes justificaron sus excesos con los ataques provenientes del gobierno de Washington. Esta administración es “bloqueada” por un enemigo sin rostro, que convenientemente impide al presidente cumplir sus promesas: el “estado profundo”, cualquier cosa que eso sea.

En este contexto, llegan los reportes de politización del Servicio Postal de los Estados Unidos (USPS), por un incondicional nombrado con el objetivo, aparente, de suprimir el voto de la oposición: los demócratas votan en mayor por ciento a través del correo. Esto puede conducir a un resultado electoral contencioso, uno para el cual debemos estar alertas, incluso preparados, de salir a votar esta vez con nuestra presencia en las calles.

A Fidel Castro le tomó 8 años emprender su “ofensiva revolucionaria” (1968), donde acabó con todos los negocios privados en Cuba y asumió la economía y cada resorte del país en el monopolio de su partido. A todos les lleva algo de tiempo consolidarse, pero la fórmula es exactamente la misma. Los estadounidenses aún tienen oportunidad de evitarlo ¿Qué necesitamos?

Vote, como si su vida dependiera de ello. Ejercite el voto anticipado, tanto como le sea seguro de hacerlo. Esté listo a expresar su desacuerdo si alguien intenta declarar victoria antes de que el conteo de votos sea completado. Asegúrese de consultar información sobre el proceso electoral que provenga de fuentes prestigiosas y de las autoridades locales. No comparta en sus redes información falsa, ni se involucre con esos contenidos, repórtelo.

Estados Unidos posee una historia y cultura política rica y vibrante, puede que este episodio termine siendo la historia de un aspirante a dictador, sin éxito; pero también puede resultar en una autocracia emergente, de culto al líder, respaldada por el ejército más grande del planeta. Actuamos en tiempos extraordinarios.

Vote.

Articles You Might Like

Share This Article

More Stories