Entre dos aguas: Crónica de la vida a ambos lados del Atlántico II

Numerosos estudios e investigaciones recientes han demostrado que grupos extremistas están explotando la pandemia Covid-19 en un intento de justificar sus narrativas, reclutar seguidores o incitar a la violencia.

Se abre el telón:

Acto Primero

Estados Unidos, Houston, Texas

Vance Ginn, economista jefe de la Texas Public Policy Foundation (TPPF), se enfrenta a una violenta reacción por un reciente tuit racista que dice que las escuelas deberían abrir ya, que la mayoría de las personas quienes mueren por el coronavirus en Texas son ancianos o hispanos.

En Texas, la tasas de mortalidad en las personas mayores de 50 años y los hispanos, aumentó del 24.8% el 27 de mayo al 48% el 27 de julio. Los hispanos representan alrededor del 40% de La población de este estado.

La prensa y las redes sociales han acusado a la Texas Public Policy Foundation de ser de ultraderecha, pero la fundación ha emitido un comunicado diciendo que son no partisanos, o sea, apolíticos.

Resulta interesante que el archiconservador senador estadounidense Ted Cruz dirigió el Centro de Estudios de Décima Enmienda de la TPPF.

Y en Octubre de 2017, la Casa Blanca anunció que el presidente Trump había seleccionado a Kathleen Hartnett White, miembro emérito de la TPPF, como presidenta del Consejo de Calidad Ambiental. White ha dicho que el cambio climático no existe. En Febrero de 2018, después que argumentara que los niveles de dióxido de carbono son buenos para la vida en la Tierra, que el dióxido de carbono no es un contaminante ¨ y que “los combustibles fósiles disolvieron la justificación económica de la esclavitud”, la Casa Blanca confirmó su intención de retirar su nominación como asesora principal en política ambiental.

Acto Segundo

Europa, Alemania; Berlín

Hace un par de días, las manifestaciones en Berlín sacudían al mundo, en contra de unas medidas antivirus que, a su juicio, atropellan derechos fundamentales recogidos en la Constitución.

Otras ciudades como Munich, Frankfurt o Stuttgart también han tenido lo suyo, mezclando seguidores de la ultraderecha, adeptos a teorías conspirativas, detractores de las vacunas, y colectivos antisistema. Los alemanes les llaman Covidioten (idiotas de la Covid).

En sus pancartas se leían lemas como: “Por favor lávense las manos, nosotros les lavaremos el cerebro”; “A cara descubierta” o “Distancias ante la vacunación forzosa”. Pero también han aparecido contenidos antisemitas: se ha visto a algunos manifestantes con una estrella amarilla, como la que los nazis obligaban a llevar a los judíos, junto a la leyenda “sin vacunar”.

La prensa alemana afirma que los grupos neonazis alientan a sus seguidores a ir a las marchas contra las reglas antivirus. Desde el gran partido ultra del país, Alternativa para Alemania (AfD), algunos de sus diputados en Parlamentos regionales ha llamado a los suyos a acudir a las manifestaciones.

Epilogo

Numerosos estudios e investigaciones recientes han demostrado que grupos extremistas están explotando la pandemia Covid-19 en un intento de justificar sus narrativas, reclutar seguidores o incitar a la violencia.

Los partidos políticos de extrema derecha y sus grupos afines (QAnon, PEGIDA, Alternativa Junge) han estado vinculados a las protestas o han tratado de aprovecharse de ellas. Aun cuando niegan su participación, han rehusado, en general, a condenar inequívocamente las acciones de los manifestantes.

No hay duda que las manifestaciones contra el confinamiento les ofrecen a los ultra derechistas una oportunidad para reclutar y difundir sus mensajes y para normalizar sus ideas al producirse una alianza circunstancial durante estas manifestaciones.
Peligro a la vista.


Lo que trajo el barco.

Fuentes La Vanguardia, The Texas Tribune, BBC News


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