Papel, letras y polvo

Los libros de uso en Cuba siempre me parecieron más interesantes que las nuevas publicaciones. En los libros de uso se podían escapar ejemplares proscritos de la política editorial cubana, quienes todavía hoy ejercen una sanidad ideológica meticulosa en las obras que publican. Los estantes de uso y las ferias del libro eran los dos momentos para brincar los diques y respirar la frescura de las nuevas ideas.

El internet vino después y las carpetas de archivos *.pdf se convirtieron en mis estantes de referencia, pero aún hoy siento nostalgia por esos rincones polvorientos, donde se ocultaba una buena biografía, anterior a sus revisiones marxistas y políticas. Esta foto es de la librería Alexander Von Humboldt (más conocida como “La Polilla”), ubicada en la Calzada de 10 de Octubre, en el Barrio de La Víbora, donde tuve el privilegio de comprar mi primer libro. 

Decía el filósofo francés Guiles Deleuze que “El pasado no es lo que fue, el pasado es lo que es…”, por cuánto vivimos usando y cambiando nuestras memorias continuamente. De estas memorias podemos hacer terribles pesos, traumas o barreras de nuestra propia identidad, pero también podemos tomar esos “libros usados” de la experiencia y hacer una lectura energizante del presente. 

Los libros viejos sobrevivieron al hombre nuevo.

 

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