Tierra de Nómadas

Después de todo, un vagabundo tiene motivos para llorar, todo en el mundo apunta en su contra. – Jack Kerouac

Se acerca la ceremonia de los Oscars y ya hay nominaciones y quinielas. Puedo opinar poco, aún no he visto el drama ¨Midori¨ de Lee Isac Wung, el thriller ¨Judas and the Black Messiah¨ de Shaka King ni tampoco la intensa ¨Promising Young Woman¨ de Emerald Fennell. Todas tienen cinco o seis nominaciones y entre ellas la de Mejor Película.  Pero la favorita es sin duda ¨Mank¨ del veterano David Fincher, una joya filmada en blanco y negro que se cocinó por casi tres décadas y que nos devuelve al Ciudadano Kane en una visión que no podíamos ni imaginar.

 Es un año de mucha diversidad con mujeres directoras, afroamericanos, musulmanes y asiáticos en las diversas categorías.  Quizás un signo de que los tiempos cambian para mejor.

Pero nada me gustaría más que la también nominada ¨Nomadland¨ de Chloé Zhao se llevara la estatuilla. La película, con una fotografía maravillosa,  nos cuenta la historia de Fern (Frances McDormand, como siempre excepcional en su actuación), una mujer viuda que, tras perder su hogar y pueblo por culpa de la recesión y la burocracia que acarreó, decide dejarlo todo y emprender un viaje por la América profunda viviendo en una furgoneta, con un estilo de vida puramente nómada.

 Y si lo primero que nos viene a la cabeza es ¨En el camino¨, esa biblia de la generación beat que escribió Jack Kerouac, lo cierto es que aquí no hay orgias ni éxtasis y se profundiza mucho más en esa América subterránea y oscura en su desolación con el tema de la gente sin techo.

Trabajé por varios años en USA con pacientes adictos y con diversos problemas de salud mental, gente sin techo y llegué no solo a sensibilizarme con las penurias, el dolor, los abusos y la tragedia detrás de cada una de estas vidas rotas. También pude entender, en muchos casos, ese modus vivendi en lo inmediato, el aquí y el ahora, sin hacer planes, sin futuro. Sombras que se mueven en sitios anodinos porque no tienen el más mínimo interés por destacarse, por sobresalir como la gran mayoría. Relegados en los márgenes de una sociedad que los traicionó y en la que ya no encajan.

 En un reciente artículo de USA Today , Jessica Guynn nos advertía de que casi 1 de cada 500 estadounidenses no tiene hogar, principalmente en la costa oeste y el noreste. Los defensores de las personas sin hogar dicen que las personas sin vivienda permanente están crónicamente subestimadas. Es aún más difícil rastrear a las decenas de miles de personas que viven en sus vehículos que en las calles o en los refugios porque tienen que moverse mucho.

Incluso antes del COVID-19, millones de personas luchaban por tener un lugar decente para vivir. La pandemia ha empeorado la crisis de la vivienda y Sara Rankin, profesora asociada de derecho y directora del Homeless Rights Advocacy Project at Seattle University ratifica que ¨la residencia vehicular es una de las formas de personas sin hogar de más rápido crecimiento”. Y por supuesto que las disparidades son llamativas: Los estadounidenses de raza negra, los estadounidenses multirraciales, los hispanos y los latinos tienen muchas más probabilidades de ser personas sin hogar que el promedio nacional y que los estadounidenses blancos, según la Homeless Rights Advocacy Project at Seattle University.

 La fotoperiodista Yesica Prado lleva hace tiempo un proyecto donde documenta la vida de las personas “alojadas en vehículos”: personas que viven en automóviles, camionetas, vehículos recreativos y autocaravanas en las áreas de San Francisco y Berkeley en California. Y a su proyecto se han unido varias iniciativas y fundaciones para, de algún modo, ofrecer ayuda y alivio a esta grave situación en medio de la pandemia (ver: https://www.sfpublicpress.org/series/driving-home/).
 Por eso digo, que más allá de un guion estupendo, de una música extraordinaria, de grandes actuaciones, Nomadland merece el premio por visualizar lo que no queremos ver y hacerlo de un modo duro y a la vez hermoso, con una sensibilidad exquisita. Como debe ser el buen cine.

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